viernes, 14 de mayo de 2010

¿Por qué mi negocio ya no funciona?




¿Por qué mi negocio ya no funciona?

Tienes un negocio, en algún momento dejaba bien y de repente dejó de funcionar. Te preguntas ¿Porqué?. Haces lo mismo que antes, y antes sí funcionaba ahora ya no. En parte esa es la respuesta, lo que antes funcionaba dejó de funcionar. No hay vuelta de hoja. ¡Hay que hacer algo distinto! En este sentido, y simplificando un poco, o un mucho, según como lo quieran ver, nuestro negocio es un producto o servicio, dirigido a un segmento (o sea no todos los productos son para toda le gente) y promovido y anunciado de cierta forma.

Para empezar debemos pensar lo más objetivamente posible (un poco sobre esto más adelante), cuál o cuáles de estos tres elementos está fallando. Digamos cuál es el que se ha agotado, ya no dá para más.

El producto o servicio. Si nuestro producto o servicio es un “cadaver” o sea ya está “muerto”, ya no hay demanda, ya no hay necesidad de él, pues lo demás sale sobrando. No importa a que segmento lo dirijamos o de que forma lo promovamos un producto muerto es un producto “muerto”. Si es el único producto que tenemos, estamos en problemas y más si nos aferramos a él porque antes ”sí funcionaba”. Podemos racionalizarlo de muchas formas pero a fin de cuentas en este caso no hay nada que hacer mas que cambiar de producto, servicio o hasta de giro.

Un ejemplo extremo, en abril de 2009 con la epidemia de la influenza humana, algunos proveedores de los llamados cubre bocas hicieron su agosto. Aun vendiéndolos a precio de lista normal tuvieron utilidades insospechadas. Pero pasada la emergencia el producto se convirtió en un “cadaver”. Con la idea de que las ventas seguirían a ese ritmo… se hicieron de grandes inventarios que ya no se mueven. Las pérdidas ya sobrepasan las utilidades obtenidas en el “momento del producto”.

Ese producto se convirtó en un “cadaver”. Nada que hacer. Los inventarios nadie los quiere ni regalados, ni para el boiler, vamos, ni para venderlos a peso en el metro. Ahora, si hay otra epidemia…. quien sabe. Podría ser como Lázaro que se levantó y andó ¿o es anduvo?. (explicación más adelante).

La otra posibilidad es que la forma de anunciarnos o promovernos ya se haya “desgastado”, es decir el mismo anuncio presentado de la misma forma en el mismo lugar puede haber dejado de funcionar. En el caso de un producto “cadaver” no importa cómo lo anunciemos -planas completas de periódico, portadas de revistas, spots en radio y televisión, volanteo en la calle, enlaces patrocinados de Google, etc. – no va a levantar. La solución, probar otros anuncios. Otros textos otro nombre, otro enfoque. En otro medio. En fin las posibilidades son muy numerosas, pero hasta haberlas agotado.. hay que seguir probando.

Lo último es el segmento al que nos estamos dirigiendo. Por ejemplo una empresa vende artículos para recién nacidos. Productos siempre necesario para los cuales cada vez hay mayor competencia y por lo resulta más difícil y costoso colocarlos.

Tradicionalmente se dirige a las mamás (o sea ¡los bebés no son el segmento!) que acaban de dar a luz. La promoción de dirige a hospitales, guarderías, ginecólogos y pediatras, etc. Y la competencia es feroz. No saben como es que a la competencia le va mejor, sus ventas van para arriba y hasta tienen planes de expansión.

El secreto de la competencia ha sido diversificar su segmento hacia las mamás de las mamás, o sea las abuelas de los bebés, la lógica es ¿a quién recurre la mamá cuando tiene un problema o una inquietud con respecto a su bebé? Pues a su mamá. De pronto hay un segmento que no se ha explotado y que puede ser muy “jugoso”. De un plumazo su segmento, y por lo tanto sus ventas potenciales, se fueron al doble.

Es claro que esta es una simplificación en principio muy muy primitiva, y tal vez lo sea, pero nos permite reflexionar sobre nuestro negocio desde una nueva perspectiva, con una óptica más constructiva.

En cuanto a la objetividad de nuestras reflexiones, es muy frecuenye que al tratarse de “nuestros” productos, “nuestros” anuncios y promociones y los segmentos que hemos elegido seamos incapaces de ver de “que pata cojean”, pues significa que en algún o algunos puntos nos hemos equivocado. Y nuestros egos no nos permiten aceptarlo, así que a un lado el ego y bienvenida la objetividad. Es mas convirtámonos en el Abogado del Diablo (tema para un siguiente post) y le daremos mayor y mejor vida a nuestros negocios.

Finalmente en cuanto al asunto de Lázaro (anécdota, lo prometido es deuda) . Un día en el púlpito un joven e inexperto sacerdote hablando sobre el pasaje en el que Jesús llega con Lázaro (que había muerto) y le dice- Lázaro, levántate y anda-. El joven sacedote comentó -Y Lázaro se levanató y andó-. Otro sacerdote, ya mayor, lo corrige y le dice, desde atrás del púlpito es “anduvo, atarantado (refiriéndose al error del joven)- . Y el joven continúa diciendo -y (Lázaro) anduvo, atarantado un tiempo pero después hasta corrió.

Otros temas de interés que verán aquí, si los apoyan y solicitan son “El Abogado del Diablo” y “A los Negocios, Echarles Montón”. Manden sus comentarios y opiniones para sacar más de estas temáticas. Saludos.


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