miércoles, 26 de mayo de 2010

Recuerdos bajo la lluvia

















Es la tarde gris y triste.
Viste el mar de terciopelo
y el cielo profundo viste de duelo.

Rubén Darío


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Recuerdos bajo la lluvia

Hoy paso lloviendo toda la noche, el sonido de la lluvia en el techo hacia un eco que llegaba hasta mi cerebro agitando mis pensamientos y sin poder dormir, aunque no habia luz, mis ojos cerrados miraban con claridad todos los recuerdos relacionados con la lluvia, desde la mas leja infancia, pasando por grandes momentos de dolor que estan asociados a esa lluvia que puede ser tan tierna e inspiradora de recuerdos de amor, asi como pensamientos iracundos de amargo sabor.

Seguia recordando la lluvia cuando en mis tiempos de niñez jugaba con mis amigos del barrio todos remojados y nuestras madres llamandonos para que entraramos a la casa, corriendo detras de una pelota y bajo la lluvia te da una sensacion de libertad, de eterna juventud, de alegria inmensa que quisieras que nunca terminara, toda una inocencia en la algarabilla de gritos de niños jugando con el agua, corriendo en loca carrera desenfrenada para terminar el partido antes de que terminara la lluvia.

La lluvia tambien en tiempos de la cruzada nacional de alfabetizacion en 1980 en Nicaragua, recorriendo caminos fangosos con un impermeable que no servia para nada ante el voraz viento y las lluvias torrenciales, las copas de los arboles se estremecian, las ramas crujian y tu con tus botas de hule caminando con el agua a la rodilla pasando rios revueltos con el bolso lleno de libros y cuadernos destinados a la tarea de enseñar a leer y escribir. Ya no importaba que te mojaras pero que el agua no llegara al preciado cargamento que contenia los cuadernos de los alfabetizando, gente adulta que no sabian ni escribir su nombre, gente del campo acostumbrada a trabajar con el machete rudo, la mano robusta y fuerte, los brazos propios para sujetar al ganado, acostumbrados a la vida del monte pero que se sentian temerosos ante la presencia de un lapiz. Cuantos lapices vi quebrar por esas manos fuertes y callosas que no median la fuerza para sujetarlo y comenzar a escribir las primeras letras, y que coincidencia tambien bajo la lluvia, enseñando a leer y escribir guarecidos en un rancho de paja en medio de la naturaleza lejana de los centros urbanos.

Esa lluvia que me persigio tambien cuando la guerra en los años ochenta, como no recordarla en largas caminatas con las Tropas Guardafronteras a orillas del rio Coco, fronterizo con Honduras, en interminables caminos llenos de lodo y rodeados por una inmensa montaña, cargando a compañeros heridos en combates esporadicos, dando aliento, rezando para que llegaran con vida, y en muchos casos sin resultado alguno, solo lagrimas de ira, rabia y dolor. Por que las guerras son injustas y crueles, por que tiene que morir gente y como si fuera algo ya escrito por el destino siempre son los mejores amigos los que les toca partir primero.

Y como no recordar la lluvia tambien cuando le toco a un ser muy amado partir bajo una lluvia tenue, quedandome impotente, sin palabras y solo lagrimas, queriendo que regresara el tiempo, que retrocediera un instante para decirle adios, pero sabia que esa lluvia era su despedida, yo con flores y ella con lagrimas del cielo.

William Pavon
26 de Mayo del 2010

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