domingo, 14 de marzo de 2010

Nuestro miedo a invertir



Nuestro miedo a invertir

El temor paraliza a la gente en los Estados Unidos, por lo que se vuelven incapaces de tomar decisiones y buscan asesoría en gente que en muchas ocasiones sabe menos.
Los Estadounidenses se están perdiendo las ventajas de invertir en otros lugares con mejor ventaja sobre su inversión, no están aprovechando la globalización y se están convirtiendo en consumidores exclusivos, quedando como rehenes del desarrollo económico global, ya no tiene sentido invertir en Estados Unidos cuando el dólar cada vez se esta devaluando con respecto al euro y mientras continúen con esa mentalidad no podrán salir de la crisis que los tiene entrampados.
El mundo de las inversiones, sin duda, es complejo. En él se mueve demasiada información, lo cual asusta y detiene a muchas personas.
En muchas ocasiones, los lectores me han preguntado sobre inversiones, las dudas que surgen son comunes.
Entre las más recurrentes se encuentran aquellas relacionadas con saber dónde o cómo invertir, que no conoce los riesgos, que tiene miedo de explorar nuevas alternativas, etcétera.
Esas preguntas, lamentablemente, en México están más que justificadas: hay una escasa cultura financiera y una larga lista de fraudes en instituciones como cajas de ahorro y uniones de crédito, además de sonados escándalos bancarios y bursátiles.
Sin embargo, el miedo no es exclusivo de nuestro país: resulta que en Estados Unidos, donde están mucho más adelantados que nosotros en materia de inversiones, donde abundan boletines, sitios de Internet, revistas, instituciones y libros relacionados con el tema, también existen muchas personas que tienen un gran miedo a invertir.
Muchos de ellos piensan que para hacerlo con éxito se requiere pasar muchas horas frente al monitor, para tratar de identificar el momento adecuado para comprar o vender.
Miedo que paraliza a todos ellos, quienes se vuelven incapaces de tomar alguna decisión con respecto a su dinero y sus inversiones.
El miedo a invertir es un problema común: las presiones sociales terminan haciendo que las personas se sientan incompetentes, y tiendan a preguntar a otras, que en la mayoría de los casos son mucho menos expertas, cómo manejar su dinero, ya que de esta forma trasladan la culpabilidad de los errores hacia las personas consultadas.
Los resultados de esto pueden, por lo tanto, ser desastrosos. Conocer nuestros miedos Como con todas las fobias, el primer paso para poder controlarlas es conocerlas profundamente, acariciarlas, tocarlas.
Así, sabremos la forma de vencerlas. A continuación presentamos algunas reflexiones: 1- Darse cuenta de que uno tiene menos control sobre su dinero del que cree.
La mayoría de la gente piensa que tiene controlada su situación financiera: que puede pagar esa larga lista de deudas, que el siguiente mes comprará menos, que pronto hará cambios en sus hábitos de consumo, etcétera.
Esto evita que se den cuenta de cuáles son sus verdaderos problemas y eso a su vez les impide combatirlos de manera eficiente.
Por ello, un buen punto de partida para eliminar el miedo a invertir es reconocer que uno tiene menos control sobre su dinero del que cree.
Esto en ocasiones no es fácil, y se debe comenzar realizando un estudio a conciencia de nuestra realidad.
2- Conocer nuestro patrimonio neto: activos, pasivos, ingresos y patrones de gasto. Seguramente alguno de nuestros lectores se preguntará: ¿esto en qué me ayuda a combatir mi miedo a invertir? La respuesta es sencilla: conocer lo que se tiene, lo que se debe, cómo ganamos nuestro dinero y cómo lo gastamos nos dará un punto sólido de partida.
Sólo conociendo nuestra situación actual podremos identificar aquellas inversiones que se ajustan verdaderamente a nuestras necesidades.
3- Ser capaces de reconocer y articular nuestros sentimientos. ¿Cómo nos sentimos con nosotros mismos? ¿Con nuestro trabajo? ¿Con nuestra familia? ¿Cuáles son nuestros sentimientos con respecto del dinero? ¿Para qué lo queremos? Todas estas preguntas nos permitirán conocer de manera concreta cuál es nuestro miedo a invertir, de dónde viene y cómo podremos eliminarlo.
4- Tener alguien que nos escuche activamente. Esto es, alguien que nos conozca, que sea proactivo, que nos ayude a entendernos, que nos sepa orientar.
Alguien que nos ayude a detectar lo que no vemos de nosotros mismos. Puede ser un amigo, la pareja, un hijo, un ministro, etcétera.
Estos cuatro incisos que hemos listado en este artículo nos permitirán conocer, concretamente, cuáles son nuestros miedos.

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