martes, 23 de marzo de 2010

Gustavo Adolfo Becquer


Gustavo Adolfo Becquer


Nacido el 17 de febrero de 1836 en Sevilla, hijo de un célebre pintor del costumbrismo sevillano y hermano de otro, Valeriano. Bécquer era el segundo apellido de su padre. Estudió en el colegio de San Antonio Abad, para luego pasar a tomar la carrera náutica en el colegio de San Telmo. En 1854 después de quedarse huérfano se translada a Madrid. Intentó dedicarse a la pintura y estuvo sirviendo de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales, donde su habilidad para el dibujo era admirada por sus compañeros, pero fue motivo de que fuera cesado al ser sorprendido por el Director haciendo dibujos de escenas de Shakespeare. Decide dedicarse a la literatura y sufre la pobreza mientras colabora en periódicos de poca categoría. Posteriormente entra en "El Contemporáneo" donde publicó crónicas sociales, algunas de sus Leyendas y los ensayos costumbristas Cartas desde mi celda. En 1864 consiguió un cargo muy bien pagado, censor oficial de novelas. Hacia 1867 escribió sus famosas Rimas y la Revolución de 1868 hizo que se perdiera el manuscrito y el poeta tuvo que preparar otro. Tuvo tres hijos y se separó de su mujer en 1868. Falleció el 22 de dicembre de 1870 a causa de tuberculosis agravada por una profunda depresión.



Mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!.



El espectáculo de lo que es bello, en cualquier forma que sea presentado, eleva la mente a nobles aspiraciones.



Y el pensamiento es necesario ejercitarlo, se debe cada día y de nuevo y de nuevo pensar, para conservar la vida del pensamiento.



El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo.



La soledad es el imperio de la conciencia.


En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna.



El mundo es un absurdo animado que rueda en el vacío para asombro de sus habitantes.


Dices que tienes corazón, y sólo lo dices porque sientes sus latidos. Eso no es corazón...; es una máquina que al compás que se mueve hace ruido.



Cambiar de horizontes, cambiar de método de vida y de atmósfera, es provechoso a la salud y a la inteligencia.



Por una mirada, un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso... ¡Yo no sé que te diera!


La soledad es muy hermosa. Cuando se tiene alguien a quien decírselo.


Los suspiros son aire y van al aire. las lágrimas son agua y van al mar, dime mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes a donde va?.



El alma que hablar puede con los ojos también puede besar con la mirada.




Hoy la tierra y los cielos me sonríen; Hoy llega al fondo de mi alma el Sol; Hoy la he visto. . . , la he visto y me ha mirado. . . ¡Hoy creo en Dios!



http://www.citasyrefranes.com/famosas/autor/105/2

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