Tiro fatal que acabó con Rasputin, ¿obra de un agente del MI6 británico?
Durante la Primera Guerra Mundial el Servicio de Inteligencia Secreto de Reino Unido, instaurado pocos años antes, contaba con una enredada clandestinidad de sus agentes tanto en los países rivales, como Alemania o la Monarquía austrohúngara, como en los aliados, incluido el Imperio ruso. Igual que algunos políticos en Petrogrado (el nombre oficial de la capital rusa, San Petersburgo, en aquel entonces), los británicos estaban inquietos por la posible salida de los aliados de la guerra.
Había sospechas en Londres de que Rasputin podría aprovechar su enorme influencia sobre la emperatriz Alexandra y su esposo, el emperador Nicolás II Románov, para que decidiera a favor de la paz con Alemania. Al mismo tiempo crecía de mes en mes el número de los enemigos del viejo ermitaño en la Corte rusa y en el país en general. Solo hacía falta que los dos grupos de interés se reunieran y fraguaran un complot.
Incluso el propio emperador Nicolás estaba convencido de que los británicos estaban detrás del delito, cometido por varios de sus propios súbditos. Así lo denunció al entonces embajador británico en Petrogrado, George Buchanan.
Pero no solo la conspiración es lo que reivindican los británicos, sino también la participación en el propio asesinato e incluso el tiro fatal que acabó con la vida de Rasputin. Dos libros recientemente publicados por los historiadores Richard Cullen y Michael Smith coinciden en que el agente del MI6 Oswald Rayner desempeñó el papel clave en todo el atentado.
El joven oriundo de Staffordchire mantuvo una relación íntima (según algunas fuentes, sexual) con el príncipe Félix Yusúpov, con la intención de acceder de este modo a la Corte. Rasputin se hacía cargo de 'curar' a Yusúpov del 'vicio' de la homosexualidad. Así el místico y sus dos asesinos se verían en un mismo palacio, que se convirtió en diciembre de 1916 en el escenario del asesinato.
Cuando la posibilidad del delito ya existía, otro agente del MI6, John Scale, ordenó a Payner a matar a Rasputin, sostienen los historiadores.
"Cullen argumenta que el examen forense de Rasputin reveló la evidencia de tres impactos de bala, procedentes de tres pistolas diferentes", resume para el periódico 'Birmingham Mail' otro historiador, Chris Upton, quien imparte conferencias sobre el tema en la Universidad Newman, en Birmingham. "Y el tiro final y fatal –precisa– fue hecho por Oswald Rayner".
En los años 1930 el supuesto asesino británico compiló una traducción del ruso al inglés del libro 'Rasputín, su influencia maligna y su asesinato', escrito por el otrora príncipe Yusúpov. Pero la verdad sobre su participación ni los motivos británicos del crimen no aparecieron de ningún modo en sus páginas. Solo había unas alegaciones sobre el riesgo de la revolución al que el místico presuntamente exponía a la casa imperial, revolución que sucedió pocos meses después, aunque sin Rasputin.
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