Tras más de 20 años como consultor, he conocido a muchos gerentes, y aunque es claro que no hay una fórmula mágica que defina un prototipo, he podido definir algunas características comunes.
Según el Diccionario de la Lengua Española, ‘gerente’ es la persona que lleva la gestión administrativa de una empresa o institución. Wikipedia, sin embargo, dice que gerente es quien está a cargo de la dirección de alguna organización, institución, empresa o parte de ella, como un grupo de trabajo o departamento.
Normalmente, las personas que alcanzan por primera vez un puesto para gestionar a otras pasan por dos etapas, una corta y otra más larga.
La primera es de alegría por el logro, aunque rápido aparece la pregunta ¿qué significa ser gerente?
Habitualmente, esa alegría se torna en preocupación, porque todo el mundo quiere hacerlo bien, pero es un trabajo de mucha responsabilidad ya que además de la vida de uno también se está influyendo sobre la profesión y vida personal de otro.
Tras más de 20 años como consultor, he conocido gerentes en diferentes países, y aunque no hay una fórmula mágica que defina los ingredientes para ser un gran gerente, he podido definir unas características comunes.
Conocimiento. Un buen gerente debe tener un conocimiento especializado de una materia.
Ya sea sobre la administración de un negocio o sobre algún tema técnico específico, ese conocimiento es diferencial y hace que tanto sus empleados como clientes lo respeten.
Conscientes de ello, siempre piensan en cómo continuar aprendiendo.
Pensamiento estratégico. Los buenos gerentes son capaces de tener una visión de hacia dónde quieren llevar su empresa o equipo de trabajo, más allá de la operación del día a día. Con una mezcla de imaginación y planificación se puede diseñar el futuro de manera sólida.
Liderazgo. Una vez que han definido a dónde llevar a la compañía, son capaces de convencer a sus equipos de que ese es el lugar al que hay que ir y que las personas involucradas trabajen en esa dirección.
Actitud. Los ejecutivos exitosos tienen una actitud positiva hacia el triunfo. Creen en el éxito como algo factible y saben que aunque la realidad es dura, son capaces de manejarla.
Como decía Frank Costello interpretado por Jack Nicholson en su papel de la película Los Infiltrados: “No quiero ser un producto de mi ambiente, quiero que el ambiente sea un producto mío”.
Pero además de la fuerza para cambiar las cosas, los gerentes tienen un rasgo que les hace diferentes: humildad. Saben que están haciendo un trabajo excelente y que marcan un punto de inflexión en sus empresas, pero no alardean de ello, sino que reconocen la importancia del equipo.
Resultados. Al final, el conocimiento, la actitud y las habilidades tienen un fin: obtener resultados. Estos dan credibilidad al gerente.
Carlos de la Peña
Business consulting Director Everis Colombia
Según el Diccionario de la Lengua Española, ‘gerente’ es la persona que lleva la gestión administrativa de una empresa o institución. Wikipedia, sin embargo, dice que gerente es quien está a cargo de la dirección de alguna organización, institución, empresa o parte de ella, como un grupo de trabajo o departamento.
Normalmente, las personas que alcanzan por primera vez un puesto para gestionar a otras pasan por dos etapas, una corta y otra más larga.
La primera es de alegría por el logro, aunque rápido aparece la pregunta ¿qué significa ser gerente?
Habitualmente, esa alegría se torna en preocupación, porque todo el mundo quiere hacerlo bien, pero es un trabajo de mucha responsabilidad ya que además de la vida de uno también se está influyendo sobre la profesión y vida personal de otro.
Tras más de 20 años como consultor, he conocido gerentes en diferentes países, y aunque no hay una fórmula mágica que defina los ingredientes para ser un gran gerente, he podido definir unas características comunes.
Conocimiento. Un buen gerente debe tener un conocimiento especializado de una materia.
Ya sea sobre la administración de un negocio o sobre algún tema técnico específico, ese conocimiento es diferencial y hace que tanto sus empleados como clientes lo respeten.
Conscientes de ello, siempre piensan en cómo continuar aprendiendo.
Pensamiento estratégico. Los buenos gerentes son capaces de tener una visión de hacia dónde quieren llevar su empresa o equipo de trabajo, más allá de la operación del día a día. Con una mezcla de imaginación y planificación se puede diseñar el futuro de manera sólida.
Liderazgo. Una vez que han definido a dónde llevar a la compañía, son capaces de convencer a sus equipos de que ese es el lugar al que hay que ir y que las personas involucradas trabajen en esa dirección.
Actitud. Los ejecutivos exitosos tienen una actitud positiva hacia el triunfo. Creen en el éxito como algo factible y saben que aunque la realidad es dura, son capaces de manejarla.
Como decía Frank Costello interpretado por Jack Nicholson en su papel de la película Los Infiltrados: “No quiero ser un producto de mi ambiente, quiero que el ambiente sea un producto mío”.
Pero además de la fuerza para cambiar las cosas, los gerentes tienen un rasgo que les hace diferentes: humildad. Saben que están haciendo un trabajo excelente y que marcan un punto de inflexión en sus empresas, pero no alardean de ello, sino que reconocen la importancia del equipo.
Resultados. Al final, el conocimiento, la actitud y las habilidades tienen un fin: obtener resultados. Estos dan credibilidad al gerente.
Carlos de la Peña
Business consulting Director Everis Colombia
http://www.portafolio.co/negocios/cinco-virtudes-del-buen-administrador
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