sábado, 11 de septiembre de 2021

Cronología de los ataques del 11-S

La historia según 'La noche de': Los atentados del 11 de Septiembre

sábado, 3 de abril de 2021

Tiro fatal que acabó con Rasputin, ¿obra de un agente del MI6 británico?

 Tiro fatal que acabó con Rasputin, ¿obra de un agente del MI6 británico?

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Tiro fatal que acabó con Rasputin, ¿obra de un agente del MI6 británico?

Durante la Primera Guerra Mundial el Servicio de Inteligencia Secreto de Reino Unido, instaurado pocos años antes, contaba con una enredada clandestinidad de sus agentes tanto en los países rivales, como Alemania o la Monarquía austrohúngara, como en los aliados, incluido el Imperio ruso. Igual que algunos políticos en Petrogrado (el nombre oficial de la capital rusa, San Petersburgo, en aquel entonces), los británicos estaban inquietos por la posible salida de los aliados de la guerra. 

Había sospechas en Londres de que Rasputin podría aprovechar su enorme influencia sobre la emperatriz Alexandra y su esposo, el emperador Nicolás II Románov, para que decidiera a favor de la paz con Alemania. Al mismo tiempo crecía de mes en mes el número de los enemigos del viejo ermitaño en la Corte rusa y en el país en general. Solo hacía falta que los dos grupos de interés se reunieran y fraguaran un complot. 

Incluso el propio emperador Nicolás estaba convencido de que los británicos estaban detrás del delito, cometido por varios de sus propios súbditos. Así lo denunció al entonces embajador británico en Petrogrado, George Buchanan. 


 


Pero no solo la conspiración es lo que reivindican los británicos, sino también la participación en el propio asesinato e incluso el tiro fatal que acabó con la vida de Rasputin. Dos libros recientemente publicados por los historiadores Richard Cullen y Michael Smith coinciden en que el agente del MI6 Oswald Rayner desempeñó el papel clave en todo el atentado.

El joven oriundo de Staffordchire mantuvo una relación íntima (según algunas fuentes, sexual) con el príncipe Félix Yusúpov, con la intención de acceder de este modo a la Corte. Rasputin se hacía cargo de 'curar' a Yusúpov del 'vicio' de la homosexualidad. Así el místico y sus dos asesinos se verían en un mismo palacio, que se convirtió en diciembre de 1916 en el escenario del asesinato.

Cuando la posibilidad del delito ya existía, otro agente del MI6, John Scale, ordenó a Payner a matar a Rasputin, sostienen los historiadores. 

"Cullen argumenta que el examen forense de Rasputin reveló la evidencia de tres impactos de bala, procedentes de tres pistolas diferentes", resume para el periódico 'Birmingham Mail' otro historiador, Chris Upton, quien imparte conferencias sobre el tema en la Universidad Newman, en Birmingham. "Y el tiro final y fatal –precisa– fue hecho por Oswald Rayner".

En los años 1930 el supuesto asesino británico compiló una traducción del ruso al inglés del libro 'Rasputín, su influencia maligna y su asesinato', escrito por el otrora príncipe Yusúpov. Pero la verdad sobre su participación ni los motivos británicos del crimen no aparecieron de ningún modo en sus páginas. Solo había unas alegaciones sobre el riesgo de la revolución al que el místico presuntamente exponía a la casa imperial, revolución que sucedió pocos meses después, aunque sin Rasputin. 

La profecía de Rasputin sobre su muerte.

 La profecía de Rasputin sobre su muerte.

Fue así que a mediados de 1916 escribió una carta dirigida al Zar Nicolás II para que fuera leída después de su muerte, sabía que lo inevitable estaba próximo por ocurrir y que ese designio nadie lo podía cambiar, solamente el Zar podría hacer algo, si comprendiera en su magnitud y profundidad todo el empoderamiento que le dejaba Rasputín en esa carta.

Estoy escribiendo y dejaré esta carta en San Petersburgo. Presiento que incluso antes del primero de enero de 1917, me iré de esta vida.

Quiero mostrarle al pueblo ruso, a los papás, a las madres rusas, a los niños y a la tierra rusa que es lo que deben hacer.

Si me matan asesinos a sueldo, Campesinos rusos, mis hermanos, entonces, usted zar ruso, no tiene a nadie a quien temer.   Te quedaras en el trono y reinarás. Y tú, Zar ruso, no te preocupes por tus hijos.    Ellos por cientos de años más gobernarán Rusia.

 Si a mí me mataran los de la realeza y los nobles, y derramaran mi sangre, sus manos quedarán manchadas con mi sangre, y durante más de veinticinco años no podrán lavarse sus manos. Ellos huirán de Rusia. Los hermanos se levantarán contra los hermanos y se matarán entre sí y por más de veinticinco años no habrá en el país ni realeza ni nobleza.

Zar de la tierra rusa, cuando escuches el sonido de las campanas anunciándote mi muerte, la muerte de Grigori, entonces debes saber que, si el asesinato fue cometido por tus familiares, entonces ninguno de tu familia, es decir, los niños y sus padres no vivirán más de dos años.    A ellos los matará el pueblo ruso. Me voy y siento en mí una instrucción divina para decirle al Zar de Rusia, cómo debe vivir después de mi desaparición.

Tienes que pensar, considerar todo y actuar con cuidado.   Debes preocuparte por tu salvación y decirle a tu familia que yo pagué por ellos con mi vida.    Me mataron. ya no estoy entre los vivos. Ora, ora, y se fuerte.  Cuida de tu familia.

Grigori Rasputín

 

Esa carta es a la fecha que sigue causando mucho asombro, como pudo ese anciano poder predecir el futuro con mucha exactitud, mucha gente que se dice escéptica después de leerla no deja de sorprenderse......

Pag. 445 "Los Secretos de Ekaterimburgo"


mybook.to/LosSecretosDeEkaterimb

author.to/WPavon





El principe Felipe Yusupov fue el asesino de Rasputin y lo considero un deber para salvar a la Madre Patria Rusia.



De acuerdo  a la ultima desclasificacion de documentos secretos se dice que la agencia secreta Britanica participo en el asesinato de Rasputin.

https://historia.nationalgeographic.com.es/a/quien-asesino-a-rasputin_10989



jueves, 25 de febrero de 2021

Port Arthur - La Guerra ruso japonesa de 1904-1905


 Port Arthur
La Guerra ruso japonesa de 1904-1905

    
    Después de esperar un tiempo, ahora se ha publicado la nueva novela “Port Arthur /La Guerra ruso japonesa de 1904-1905”, que viene a llenar un vacío que existía con relación a ese acontecimiento ocurrido hace más de 117 años. 

   
    Podríamos pensar que ese hecho ha quedado en el pasado y no representa ninguna notoriedad en el momento actual, que fue una Guerra imperialista entre dos potencias que se estaban disputando un territorio de ocupación, como dos fieras que pelean por ver quién se queda con la presa. 

    El escenario es el clásico de todas las guerras imperialistas del siglo pasado que devinieron en los grandes conflictos armados de la primera y segunda guerra mundial con las terribles consecuencias para la humanidad. 

    En presencia de esos conflictos es cuando el ser humano siempre se ha preguntado por el origen del mal, si es algo innato en los hombres o es la descomposición de la especie humano por la semilla del mal, porque su naturaleza original es la inocencia. 

    No hay una respuesta única a esa pregunta y podemos ver que más bien se han multiplicado las fronteras y los países, se han aumentado las religiones y los sistemas políticos, porque hacemos uso de nuestro libre albedrio y creemos tener la razón. Es más fácil iniciar una guerra que hacer el esfuerzo por aplacar los tambores de guerra, es más fácil incitar a la violencia e incendiar las sociedades con ideas xenofóbicas, chauvinistas, nacionalistas, divisionistas. 

    El progreso continuo no se detiene, y como siempre todo gira alrededor de las armas y la carrera armamentista, las nuevas tecnologías están al servicio de esos fines y siempre con el doble propósito de comercial y militar, o sea que seguimos siempre con esa desconfianza de unos con otros, el miedo de unos contra otros. Las guerras continuaran y siempre con el mismo pretexto de cómo han iniciado desde la antigüedad, desde Esparta, desde el imperio romano, desde la edad media de demostrar el predominio de una nación contra otra. 

    Pero en medio de esa triste realidad el hombre ha sido capaz de escribir paginas gloriosas, epopéyica llenas de coraje, valor y heroísmo. El ser humano ha sido capaz de dar muestras de sacrificio, de soportar el más cruento calvario, de levantarse de las cenizas y resurgir como el ave Fénix para luchar y vivir en paz. 

    Es en esas muestras de hombres que entregan sus vidas defendiendo una causa, luchando con coraje, estoicismo, sufrimiento, valor y heroísmo es en que se sustenta la fe de los pueblos, el carácter de una nación y la bandera de un país. 


    
Es ahí donde surge la necesidad imperante de estudiar el pasado y conocer el legado histórico para la educación de los jóvenes en valores, en patriotismo y amor por la patria. Los símbolos patrios se sustentan en la sangre derramada de sus héroes que defendieron su nación para que sus hijos pudieran tener un mañana feliz sin guerra ni opresión. 




    La guerra de Port Arthur no solo nos muestra esa lucha imperialista, sino que detrás de esa maquinaria de guerra, chocaron dos voluntades indomables, por un lado el general del ejército japonés Nogui Maresuke, y por el otro lado, el general Ramón Isidorovich Kondratenko, que se enfrentaron en una lucha titánica con todo el poderío de las mejores armas del momento y la concentración de una cantidad de tropas como nunca antes vista en una guerra frontal de la época. 


    El asedio de Port Arthur duró más de 10 meses desde el inicio de la guerra y en los últimos siete meses, el general Nogui lanzó cuatro ofensivas en contra de la defensa de Port Arthur, a como bien lo describe el periodista corresponsal de guerra del Daily Mail de origen noruego, Benjamín Wegner Norregaard en su libro “The Great Siege: The Investment and Fall of Port Arthur”, publicado en 1906.




    El general ruso Ramón Kondratenko rechazó heroicamente todos y cada uno de los asaltos a la fortaleza haciendo uso de su astucia, inteligencia y táctica militar, impidiendo el objetivo que perseguía el ejército japonés de tomarse por asalto Port Arthur para destruir a la flota Naval rusa que tenía su base de operaciones en ese lugar. 



    La hazaña de Kondratenko no solo consistió en enfrentarse a un enemigo poderoso y contenerlo, sino también luchar contra fuerzas oscuras internas que intentaban hacerlo fracasar con el objetivo de entregar a Port Arthur a como Judas entregó al mesías por unas monedas. 



 

   Vale la pena leer esta novela que contiene mucha información no conocida en el mundo de habla hispana, ya que hasta la fecha solo se ha escuchado del General Stessel que firmo la rendición de Port Arthur a las tropas del general Nogui y no se conocen los detalles de esa lucha titanica, de ese colosal derramamiento de sangre. 





    No puede quedar en el olvido la hazaña del general Kondratenko que cayó en combate después del último asalto y quince días después de su muerte fue negociada la rendición y entrega de Port Arthur.