jueves, 1 de julio de 2010

NEUROANATOMIA DE UN BESO



NEUROANATOMIA DE UN BESO

Una pareja recuerda el momento de su primer beso con tanta emoción como si fue ayer, fueron amigos durante muchos años y confidentes de muchas vicisitudes personales en el amor, el trabajo y las amistades. Recuerdan que siempre se buscaban el uno al otra para conversar y confidenciar muchas cosas que les estaban pasando en sus vidas, a veces se preguntaban porque eran tan infortunados en el amor, que no encontraban a la pareja ideal o que eran incomprendidos, que a lo mejor este mundo no estaba hecho para ellos.

Era una amistad muy buena, solida y duradera, muchos años como amigos les había creado una especie de barrera infranqueable entre ellos que no se permitían o al menos no se imaginaban poder traspasar, hasta que un dia sin querer, en una conversación amena en una cafetería, sus miradas se cruzaron, sus pupilas se concentraron y fue como un foco alumbrando en la oscuridad de la noche con su haz de luz enfocando que se proyecto a lo profundo del ser, un escalofrío recorrió toda la columna vertebral, miles de neuronas se crisparon y se pusieron alerta concentrándose en un fugaz pensamiento. Por primera vez observaban que sus ojos hablaban, sus parpados se estremecían, sus pupilas se dilataban, las cejas se movían como queriendo tomar una postura que menos la delatara, era un borbollante torrente de información en un segundo con el cruce de miradas que hablaban en una clave indescriptible, pero que ambos cerebros interpretaron y se entendieron.

Nunca había ocurrido nada similar en sus encuentros anteriores, pero esta vez la cosa fue diferente, sin mencionar una palabra sobre el caso, sin decir ni insinuar absolutamente nada, después de esas miradas, surgió un fugaz pensamiento que inmediatamente fue reprimido con una sensación de vergüenza y asombro por permitirse una imaginación como esa. Ambos se dijeron en su interior que eso no puede ser, que tontería pensar asi, fue una mordaz confusión y una inocente turbación, pero ya el cerebro había intuido una señal del corazón. Salieron de la cafetería y se despidieron como habitualmente lo solian hacer, pero esta vez después de agarrarse las manos y apretarlas, y al momento de despedirse un impulso ciego los llevo a darse un beso en la boca.

Según Daniel Goleman, autor del Best Seller “ La Inteligencia Emocional” nos dice que podemos explicar la escena anterior desde el punto de vista neurológico y es que cuando los ojos de dos personas se encuentran, han entrelazado sus zonas orbitofrontales que son especialmente sensibles a las señales cara a cara como el contacto visual. Estos senderos sociales juegan un papel crucial en el reconocimiento del estado emocional del otro y esas miradas pudieron haber sido el preludio neurológico necesario para el beso.

La neurociencia ha descubierto que nuestro cerebro esta perfectamente concebido y su diseño nos dice que el es sociable, que el se puede comunicar de cerebro a cerebro con otra persona estableciendo un enlace intimo cada vez que nos encontramos. Ese puente nos permite impactar en el cerebro y con el cuerpo de la persona con quien interactuamos. Es ahora que se puede dar una explicación o llegar a una conclusión científica del dicho popular que dice que los ojos son ventanas del alma. Los ojos nos permiten ver y auscultar los sentimientos mas íntimos de una persona, los ojos contienen proyecciones nerviosas que llevan directamente a una estructura clave del cerebro para la empatía y las emociones de imitación, la zona orbitofrontal (COF) de la corteza prefrontal.

En términos técnicos la COF la da valor a nuestras percepciones, le asigna un significado especifico a cada relación e induce a unas reacciones que a veces no entendemos de porque sentimos gran afinidad hacia alguien a quien apenas conocemos, o porque tal persona no nos simpatiza si apenas hemos cruzado miradas con ella, o porque a esta otra la detestamos y a este otro lo adoramos. Asi como también interpreta señales sublimes que emanan del cuerpo de otra persona haciendo que sintamos atracción o rechazo hacia esa persona, de cómo nos sentimos con su perfume, forma de vestir, etc. a todo le asignamos un valor y lo ordenamos respecto a nuestra escala de valores y también evocando y asociando emociones, sentimientos impresos con recuerdos.

Ese primer beso quedara grabado en la memoria y se recordara vívidamente en dependencia de lo que esa persona significo en nuestra vida.

William Pavon

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