viernes, 14 de junio de 2013

Cómo pensar antes de hablar


Cómo pensar antes de hablar

“Aun el necio, cuando guarda silencio, es considerado un sabio; y el que cierra sus labios es un hombre de entendimiento”.

Proverbios 17:28

Uno de los atributos más obvios y significativos de los humanos es la habilidad para comunicarse por medio del habla. Un corolario interesante es que también podemos comunicar nuestros pensamientos en tiempo real; no necesitamos planear qué vamos a decir antes de decirlo. Esto tiene tanto ventajas como desventajas. Sería bastante indeseable para nosotros el tener que formular nuestros pensamientos antes de emitir una advertencia inmediata (“corre”), y la comunicación se vería frenada si fuéramos incapaces de responder, de una manera natural, a las personas durante una conversación normal.

Por otro lado, esta habilidad innata es frecuentemente la fuente de consternación cuando lo que decimos al calor del momento es algo que después deseamos no haber dicho, o haberlo dicho de otra manera; esto le sucede a todo el mundo, algunas veces el truco es recordarlo. Típicamente esto sucede cuando respondemos rápidamente en situaciones estresantes, o durante una discusión, aunque esto puede pasar en cualquier momento. Reconocer que no siempre decimos lo que quisiéramos comunicar es algo importante – cómo ayudar a mitigar ese problema no es difícil, pero requiere de algunos cambios de conducta. La meta es estar consciente de cuándo hablar natural y fluidamente y cuándo pensar antes de hablar…y cuándo no hablar del todo.






Pasos

1 Obsérvate a ti mismo. Toma nota cuando esto te suceda. ¿Qué circunstancias llevan a que digas cosas de las cuales, más adelante, desearías haberlas dicho diferente? ¿Esto te sucede más frecuentemente con una persona en particular (o un grupo de personas)? ¿Es más frecuente en discusiones? ¿Es cuando estás “in situ” para obtener información? Intenta encontrar un patrón. Puede serte de ayuda comenzar un diario de eventos de manera que los puedas comparar cuando lo desees.


2 Reconoce tu situación. Después de haber determinado qué circunstancias pueden ser la más probables de producir este efecto indeseado, intenta ser observador acerca de cuándo esas condiciones aparentemente se manifiestan. Entre más hábil te vuelvas para reconocerlo, cambiarás de una mejor manera tu acercamiento.

3 Observa la conversación. Ahora que ya sabes que estás en una de “esas” situaciones, tu meta es procesar la información. Frecuentemente cuando respondemos de una manera proco apropiada, es porque no comprendimos por completo lo que se estaba diciendo. Este es el momento para sentarse y escuchar qué es lo que está sucediendo a nuestro alrededor. No comiences a enfocarte en lo que vas a decir, solamente absorbe la información. Tu mente procesará esta información.

4Observa a las personas. ¿Quién está hablando y cómo se comunica? Algunas personas son muy literales y otras usan ejemplos. Algunas usan muchas expresiones faciales y lenguaje corporal para resaltar la conversación, mientras que otras se inclinan por el lenguaje complejo. Cómo las personas transmiten la información es un buen indicador de cómo absorben la información.

5 Formula respuestas. No solamente una, sino que considera tus opciones. Existen muchas maneras de decir las cosas, y tu objetivo es encontrar la mejor manera de transmitir lo que quieres decir de una manera que tenga un impacto positivo. La comunicación es principalmente una función del receptor, así que te tienes que comunicar basado en el oyente.

6 Considera la información. ¿Lo que quieres decir es Efectivo, Necesario, Exacto, Oportuno y Apropiado (ENEOA)? Si solamente estás respondiendo porque las demás personas están hablando, es posible que tu comunicación no calce en el modelo ENEOA. Si no, entonces siéntate y continúa escuchando. Quieres que lo que vayas a decir cause un impacto, no solamente que haga ruido.

7Mide la reacción. ¿La información que vas a presentar va a estar formulada de una manera que cause un impacto positivo? Crear una atmósfera negativa garantizará un fallo en la comunicación. Quieres que las personas entiendan que están contribuyendo en lugar de llevar la contraria. Solamente necesitan de una persona para arruinar tu habilidad de comunicarte durante este tiempo. Identifica cómo los escuchas reaccionarán.

8 Se consciente de tu tono. Cómo lo dices, muchas veces es tan importante como lo que dices. El tono de la voz puede transmitir entusiasmo y sinceridad, o pueden transmitir rechazo y sarcasmo. Y como muchas personas lo han experimentado, lo que decimos puede ser interpretado de una manera errónea. Lo más probable es que el tono de voz, lo que se haya dicho, el lenguaje facial y corporal, así como el mensaje, no fueron combinados adecuadamente para integrarse con el método más efectivo de comunicación del oyente.

9 Comunícate. Tú sabes qué vas a decir, por qué es ENEOA, cómo lo dirás y cuál es la reacción más probable. Espera una pausa apropiada en la conversación y habla. Lo ideal es no interrumpir, aunque en algunas ocasiones es apropiado. Cuándo interrumpir va más allá del alcance de este documento.

10 Repite el paso 1. Cuando estés hablando, piensa en lo que estás diciendo y observa las reacciones conforme vayan surgiendo. Una vez que la conversación haya terminado, analiza todo el proceso en tu mente y toma en cuenta lo que podías haber hecho diferente y por qué. Este es un proceso en curso. Con el transcurso del tiempo vas a mejorar – te convertirás en un mejor comunicador y las personas aceptarán tus respuestas con una mente más abierta.




Consejos

Cuando digas algo que no deberías de haber dicho, fíjala en tu mente para evitar en el futuro esa situación en específico.
Cuando digas algo que no deberías de haber dicho, y si es algo hiriente, discúlpate. Puede ser de inmediato o en privado, como sea más conveniente.
Asegúrate de que tus comentarios sean relevantes y apropiados para la conversación. No te alejes del tema – mantente enfocado.
Esto te tomará un tiempo – debería formar parte de tu vida. Conforme vayas mejorando, te considerarán una persona cuya opinión es valorada.
Espera 5 ó 10 segundos antes de responder. Esto te dará tiempo para pensar: a) si una respuesta es necesaria y b) una respuesta apropiada y meditada.
Recuerda los refranes famosos y conocidos:
“Es mejor permanecer en silencio y pasar por un tonto, que hablar y eliminar toda duda”. ~~Abraham Lincoln. 12 de febrero 1809 – 15 de abril 1865
“Es mejor mantener tu boca cerrada y dejar que las personas piensen que eres un tonto, que abrirla y despejarles la duda”. ~~Samuel Clemens (Mark Twain) 30 de noviembre 1835 – 21 de abril 1910
Apoyar tu barbilla en la parte trasera de tu mano (como en la ilustración superior), es un lenguaje corporal que puede transmitir un carácter reflexivo. Sin embargo está atento a lo que te rodea, ya que también puede transmitir aburrimiento.
Antes de entrar a una habitación, piensa acerca de las personas involucradas en la situación y en las posibles preguntas que te podrán hacer. Decide cómo las responderás y qué puntos quieres tocar antes de entrar a la habitación.




Advertencias

Si no sabes de lo que estás hablando, no intentes ser convincente. Está bien expresar una opinión, pero asegúrate de que los demás sepan que estás especulando.
Si las personas no se están dirigiendo a ti, puede que no quieran escuchar tu opinión. Intenta disminuir la manera en que te introduces en las conversaciones.
Los absolutos son pocas veces precisos. Usar términos como siempre o nunca pueden iniciar una discusión. “Frecuentemente”, “a menudo”, “ocasionalmente”, “raras veces” y “poco frecuentemente” son buenos sustitutos. No te olvides de “nunca es siempre perfecto” y siempre acuérdate de nunca usar siempre ni nunca.
Evita las provocaciones. Los insultos o referencias personales inapropiadas de cualquier tipo son usadas con frecuencia en internet, pero en una conversación el resultado es un poco diferente; perderás el respeto y te garantizarás un resultado negativo. Recuerda – se trata de pensar antes de hablar.
Evita el abuso de frases comunes. Un ejemplo es “el asunto es”. Si lo dices muchas veces hará que tu oyente se canse de escuchar lo mismo.

Creado por Oscar Avila

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