sábado, 23 de febrero de 2013

El Bien y El Mal que llevamos dentro


Desde hace mucho tiempo me pregunto por que razon nosotros los seres humanos actuamos en contra de nosotros mismos, por que razon sabiendo que algo nos hace dano no tomamos las precauciones necesarias para evitarlo, por que razon puede mas la curiosidad que la sensatez.   Actuamos invariantemente contra nosotros mismos y hacemos cosas tan negativas para nosotros mismos que nos pueden lastimar y hasta la muerte provocar.  Que nos pasa por que razon actuamos en contra de toda logica.  Es un misterio del comportamiento humano y al mismo tiempo esa es la gracia divina  que tenemos algo de Dios y Demonio dentro de nosotros, uno procurando el bien maximo y oportuno mas el otro provocando el dano, la discordia, la insatisfaccion el mal y el pecado.
Dentro de esa brecha entre el bien y el mal esta la capacidad del ser humano de discernir como soberano absoluto y tomar decisiones.  Andar por el camino del bien o regresar por el camino del mal y siempre lo mismo, que creemos que los placeres es la recompensa maxima del ser humano, es el extasis de una vida holgada y abundante, creemos que el disfrute sin medida de los placeres es la maxima realilzacion de uno como persona y que despues de eso se puede perder el mundo o uno simplemente desaparecer.  El disfrute de los placeres se puede convertir en una obsecion y en muchos casos en obstinacion absoluta cayendo en la necesad e impertinencia.   Que nos hace buscar las fuentes de licor, droga, juegos de azar y demas cosas permitidas y en exceso vedadas, asi como tambien las licitas y no licitas.  Todo lo que se nos presenta a nuestros ojos con un velo de prohibicion nos encanta, nos seduce y caemos poco a poco en la tentacion de lo prohibido.  Ya sabemos que lo que se nos prohibe es lo que mas buscamos, lo que mas nos despierta el interes y la curiosidad.   Ya lo experimentaron en el Paraiso cuando Eva convido a Adan a que probara el fruto prohibido, fue a causa del consejo recibido por la serpiente que sedujo a Eva a desafiar el orden establecido y arrastro a Adan en su curiosidad, pobre Adan que no resistio tambien la tentacion y no tuvo el valor de decir no.   Cuantos Adan habemos todos los dias que somos seducidos a consumir y actuar todo lo que nos hace dano todo lo que nos es prohibido, caemos en la tentacion y no podemos decir no.
Una vez que caemos en la tentacion y cometemos el pecado, despues viene el arrepentimiento que nos pone en la otra acera al decir no debi hacerlo o buscar el consuelo diciendo Si Hubiera, pero ese hubiera ya no existe, no tiene razon de ser, ya esta consumada una accion con resultados buenos o malos pero por lo general los resultados son regativos cuando provienen del quebrantamiento del orden establecido o por el abuso cometido.
Todo esto no lo digo en abstracto, sino de observarme cometer las infracciones y luego de arrepentirme con el consabido dicho Si Hubiera hecho tal cosa no me hubiera pasado esto.  Pero ese arrepentimiento acompanado de dolor es la leccion aprendida del como se deben de hacer las cosas.   A como lo dijera Alejandro Dumas en su magnanima obra de El Conde Montecristo que no hay ni exito o fracaso sino simplemente es la comparacion de un estado con otro, de como estabamos antes y como estamos despues de lo que paso.  Es la apreciacion de lo que creemos que esta pasando o que nos esta pasando de como nos sentimos antes o despues de haber cometido la falta o de la experiencia que hemos vivido.
El poder de tomar decisiones es lo que nos separa del animal, pero a veces ese animal que llevamos dentro se apodera de nosotros y no nos deja actuar y decidir con lucidez.

William Pavon
23-02-13

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