jueves, 30 de junio de 2011

Eros, Agapé y Philia. Los tres amores platónicos.



Eros, Agapé y Philia. Los tres amores platónicos.

Se ha vulgarizado en exceso el término amor platónico. No creo que sea necesaria más explicación ya que todo el mundo tiene una visión de lo que significa este término.

Pero Platón en su “Banquete” nos habla no de uno, sino tres tipos diferentes de amar. Tres formas de amor: Eros, Agape y Philia.
Eros.

Eros, es la primera fase del amor en una pareja. Es un amor egoísta que busca la posesión del otro. Es la pasión, es el sexo y el erotismo. Es el amor de forma físiológica y apasionada, valorando el aspecto físico y corporal del amante.
Agapé.

Agape, el amor incondicional, profundo y reflexivo, en el que el amante tiene en cuenta sólamente el bien del ser amado. Es un amor empático, incondicional y altruista, siendo el amante quien predomina sobre uno mismo. El arquetipo Ágape valora los intereses y emociones de los demás por encima de cualquier otra consideración.
Philia.

Philia, era el término griego para referirse al amor fraternal, que incluye la amistad y afecto. Se ha traducido con frecuencia como amistad, aunque parece que no queda excluida la relación sexual, según varios autores. Básicamente hay tres tipos de Philias:

Philia basada en las ventajas mutuas
(Amor de lo que es útil).
Philia basada en el placer mutuo
(Amor de lo que es placentero).
Philia basada en la admiración mutua
(Amor de lo que es bueno).

Estos son los antiguos arquetipos amatorios de la vieja escuela platónica. Pero Platón queda lejos y la psicología social de nuestra época recoje cuatro nuevos tipos de arquetipos amatorios además de las ya mencionadas propuestas platónicas:

Ludus
Es el amor como juego: El amante en que predomina el arquetipo Ludus evita el compromiso y aunque no pretenda daño alguno para sus parejas, puede infligirselo por la diferencia de expectativas sobre la relación.

Storge
Es el amor compañero: El amante en que predomina el arquetipo Storge valora el amor como una forma evolucionada de la amistad y encuentra importante que su pareja presente una afinidad de gustos, intereses y nivel de compromiso.

Manía
Es el amor posesivo: El amante en que predomina el arquetipo Manía siente el amor de forma intensa y posesiva, llegando en casos a lo obsesivo. Este arquetipo amoroso se corresponde con el concepto occidental de romanticismo y como tal es ensalzado en la literatura romántica así como en las diversas manifestaciones de cultura popular.

Pragma
Es el amor práctico. El amante en que predomina el arquetipo Pragma tiene claras sus expectativas ante una relación y espera, de forma práctica, que estas se vean satisfechas.

http://teimagino.com/eros-agape-y-philia-los-tres-amores-platonicos/

domingo, 19 de junio de 2011

FELIZ DIA DEL PADRE


FELIZ DIA DEL PADRE,

A todos los hombres del planeta mis felicitaciones en este grandioso dia del Padre, pues es un dia especial que gracias a todas las Mamas y los hijos tiernos y hermosos nos hacen sentir bien, es la ratificacion de ese compromiso filial, de amor, entereza y amistad. El amor de un padre muchas veces es empañado por muchos hombres irresponsables que con sus actos le han dado maltrato a su familia, a su mujer, a sus hijos, e incluso a sus padres, seres muchas veces desnaturalizados que se han portado muy crueles que no merecen ser llamados hombres, ni mucho menos padre. Pero mis felicitaciones a todos aquellos que procuran a cualquier costo la defensa y la proteccion de la familia, incluso sacrificando hasta lo mas preciado como es la vida por la familia, por los hijos por la esposa amada.

Nuevamente felicidades a todos.

William Pavon

martes, 7 de junio de 2011

El afán de la vida



El afán de la vida.

No hay ser humano que se escape del efecto del tiempo, a todos nos llega. Podremos correr para ganarle alguna batalla, pero al final nos alcanza. Pienso como un exfisiculturista, ¿qué pasa por la cabeza cuando personas de la edad de la foto no quieren todavía tirar la toalla y casi rozan la línea del ridículo colectivo? problemas de ego? más salud? sentirse más aptos? ser considerados todavía? alguna "chiquilla"? decir, "todavía puedo"? una competencia de amigos? un poco más de dinero? Cualesquiera que sean las razones, creo que mucho no prevalecerán, porque al final vendrá la muerte.

Jesús dijo "No os afanéis por vuestra vida,..." (Mt. 6:25) estas palabras parecen inaplicables para una sociedad que lo que más hace es afanarse. Sin embargo, conviene analizar el verbo "afanéis", para entender mejor a Jesús y sus palabras y ver que lo que él dijo tiene tanta contextualización "ayer" como hoy.

El verbo afanéis esta alineado con la comida, la bebida, y el vestido, pero en contraposición con la vida y el cuerpo. Según Maslow, en su pirámide de jerarquías necesarias, lo primero es la comida, el agua y se sobreentiende también el vestido. Esta es la plataforma para llegar a la autorrealización personal, las personas que llegan a este nivel son personas que le han encontrado el sentido a la vida. Para este Psicólogo judío, lo más básico es lo que cada persona debe poseer. Serían derechos inalienables. Para Jesús, aún lo más básico puede ser objeto de perdición, si se realiza por motivos erróneos. La pregunta es ¿Cuál o cuales serían esos motivos que haría que lo más básico pudiera convertirse en venéno mortal?

La respuesta la encontramos en el verbo citado "afanéis". Este viene del verbo griego "merimnao" que a su vez viene del sustantivo "merizo" que significa "dividir en partes". La palabra sugiere una distracción, una preocupación con cosas que causan ansiedad, tensión y presión. La idea aqui corresponde con una preocupación y perturbación interior. Esto es alimento de los malos pensamientos, incluidos los suicidas. Muchas personas viven un calvario interior, sin la capacidad de exteriorizar sus pensamientos y ante una sociedad competente y muy crítica, se encierran en su mundo de ingobernabilidad y desespero. La llegada hasta aqui se ha producido entre muchas cosas por el afán incontrolable de posicionar un status de comodidad y dignidad, de haberlo alcanzado todo en la vida, sin importar el costo; simbólicamente descrito por las palabras comer, beber y vestido.

Para un cristiano, estas cosas no pueden tener sentido, si no se creyera y confiara en un Dios Padre, preocupado por las necesidades de sus hijos. Las cosas externas no deberían afanar internamente a los hijos de Dios!

Renel Gómez Padrón (Chile)
http://www.vieneya.com/2010/08/ha-llegado-la-hhora.html

viernes, 3 de junio de 2011

LA PREPARATORIA EN KIEV




LA PREPARATORIA EN KIEV

Estábamos hospedados en un edificio de cuatro plantas y grande, de extremo a extremo ocupaba una cuadra completa. El edificio era bastante sencillo de color crema, parecía un gran cajón sin matices arquitectónicos y con muchas ventanas, por lo visto fue construido en los años cincuenta y para esta época se miraba bastante viejo, no tenia muchas comodidades. Creo que fue diseñado en la época después de la segunda guerra mundial. El primer piso contenía una entrada amplia en la cual había una estancia con muebles, en un extremo un busto de Lenin en el otro extremo una foto del gobernante de turno Leonid Brezniev. La foto era grande y estaba adornada de tal forma que mas bien parecía un altar de algún santo.




Unas cortinas hermosas de terciopelo adornaban las dos grandes ventanas y enfrente de la entrada cuidada por una señora con cara de pocos amigos, de lentes oscuros y bastante gorda que todo mundo llamaba “BAXTIORA”. En un inicio pense que ese era su nombre pero después supe que baxtior en ruso significa portero. En el primer piso había una sala de conferencias, un cafetín estudiantil, habitaciones, una sala de estudio y unos cuartos ocupados como bodega. En los pisos superiores eran destinados exclusivamente para habitaciones estudiantiles y estaba compuesto por un largo corredor que daba de lado a lado y en los extremos había unos ventanales grandes protegidos con verjas sencillas y corroídas. Recuerdo lo chistoso que me parecía ver esos corredores de los pisos, lleno de puertas en sus costados y entrando y saliendo por ellas muchos estudiantes de todas las nacionalidades, desde rusos, ucranianos, chinos, vietnamitas, coreanos, africanos, latinos, hindúes, afganos, etc., me daba la impresión de estar en la torre de babel señalada por la Biblia.





Los cuartos eran pequeños y no tenían baños, los baños para ducharse se encontraban en el sótano y en los extremos de los pasillos se encontraban los retretes, un solo local que tenía varios compartimentos pequeños y que en ellos en vez de inodoros o retretes, había una baldosa con un orificio en el centro, a la par de cada orificio había un relieve con la forma de huella para los pies y en un costado una cadena que colgaba para descargar el agua .Bastante extraños para nuestra cultura occidental, pero muy higiénicos desde el punto de vista práctico.





Cada habitación tenia un radiador cerca de la ventana que en un inicio me llamo la atención, no sabia para que se podía utilizar un radiador en las habitaciones y claro después me di cuenta que era para la calefacción. Había también otra cosa muy particular, muy interesante y es que cada cuarto tenía un radio de pared que sintonizaba una única estación de radio y durante todo el día sonaba música clásica, y como era de esperar nosotros los estudiantes latinos la bautizamos como radio tortura.







Poco a poco fuimos llegando los nicaragüenses que poblamos aquel albergue ese año y nos fuimos conociendo uno a otro, más que por nuestro nombre de pila, por el sobrenombre o apodo con que nos bautizaban en ese lugar. Todos los nicaragüenses fuimos distribuidos en pareja y si mal no recuerdo en la primera habitación comenzando desde el final del pasillo se encontraba Pepito con el Indio Julián, luego el Play con Enrique, Patamushta y yo, Sergio Cara de Komnata con el Risitas, La Morsa con Chibolon II, Chibolon I con Patricio.
Este primer año fue terrible.


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Extracto del libro "EVOLUCION Y VIVENCIA EN EL SOCIALISMO DEL SIGLO XX" DE William Pavon

EVOLUCION Y VIVENCIA EN EL SOCIALISMO DEL SIGLO XX ( parte 1)






Extracto del capitulo I del libro "EL MUNDO DE BILLIAM" de William Pavon 

EL DESTINO FINAL

 

Después de tres días en Moscú, nos reunieron para informarnos cuál era nuestro lugar de destino; nos dividieron en varios grupos, y aunque no supimos los criterios de selección, todo indicaba que el número de personas de cada grupo estaba en dependencia del cupo que disponían en las Escuelas Preparatorias de destino. Me tocó la dicha de compartir esa experiencia con un grupo de siete estudiantes nicas, a quienes nos informaron que teníamos la suerte de ir a cursar estudios preparatorios a la ciudad de Kiev, la capital de la República de Ucrania, una ciudad muy bella, al nivel de las mejores ciudades europeas, como París, Praga, o Bilbao.




El viaje en tren fue interesante. Nos ubicaron en compartimientos para cuatro personas, con literas para cada uno y colchones muy suaves, pero lo que más me llamó la atención fue la blancura de las sábanas, de un blanco tan intenso como el papel, o las hostias de la misa dominical, que con el frío que se sentía en la calle te invitaban a acostarte inmediatamente y sumergirte en un profundo sueño, como recompensa del viaje agotador. El tren partió a eso de las nueve de la noche, y después de dejar las luces de Moscú, penetramos a una oscurana, tan negra y espesa que la podías cortar con tijeras. Conversamos un poco y nos hacíamos preguntas de cómo sería la ciudad a la cual nos dirigíamos, ¿sería grande o pequeña, o una gran ciudad parecida a Moscú, o un pueblo pequeño? Realmente estábamos muy mal orientados en cuanto a información se refería. Creo que después de un rato de deliberaciones para ver quién tenía la mejor imaginación de lo que nos esperaba, nos dormimos poco a poco, hasta que uno de nosotros se quedó hablando solo.



A eso de las siete de la mañana pasó el camarero del vagón repartiéndonos té caliente, en unos vasos de cristal con una base metálica decorada, como soporte para que no se movieran de la mesa por los vaivenes del tren y no se cayeran y rompieran. El camarero nos dijo que nos preparáramos, que pronto llegaríamos, y eso nos levantó el ánimo, terminamos de prepararnos, y riéndonos de alegría nos empujábamos unos a otros.


Ahora que ha transcurrido el tiempo, esos viajes me fueron tan familiares, que los recuerdo con nostalgia, pero en ese momento todo me resultaba sorprendente, de una experiencia tan acogedora e interesante. Ahora que era de día, se podía observar bien la campiña llena de cultivos por todos lados, no había sitio donde no estuviera sembrado, ya sea de cebada, trigo o centeno. De vez en cuando pasábamos por pequeños pueblos, muy parecidos entre sí, con una pequeña estación del tren en la cual se notaba gente esperando el primer tren o el tren lechero, como le llamábamos nosotros al tren que hacía paradas de pueblo en pueblo, recogiendo a la gente que por las mañanas se desplazaba a sus centros de trabajo en la ciudad, y por las tardes regresaba a sus casas en los caseríos. En esos momentos no me podía imaginar que esos lugares acogedores tenían historias tan dramáticas, como las que vivieron durante la segunda guerra mundial, cuando casi desaparecieron por completo esos caseríos, producto de esa encarnizada guerra en la que murieron millones de personas.



¿Cómo podía imaginar que esos lugares llenos de trigo en su momento fueron grandes campos de batalla, donde en vez de las ruedas de los tractores eran orugas de las máquinas de guerra que las trillaban? Cada lugar cuánta historia encierra, y qué tan desapercibido pasan a veces a nuestros ojos por los sitios que recorremos. Cuánta historia guardan las vidas de los pueblos, y en todos los lugares siempre es igual: hermanos contra hermanos, unos contra otros, hombres contra hombres, con consignas diferentes, intereses diferentes, puntos de vista diferentes, y en nombre de la razón y el derecho, se pisotea la razón y los derechos de otros.



Khreshchatyk - avenida central de la ciudad de Kiev

Miraba el campo a través de la ventanilla del tren, a cuyo monótono desplazamiento y peculiar sonido te acostumbras terriblemente después de cierto tiempo, hasta sentirlo parte de tu persona. Abstraído apreciaba cómo los árboles y las señalizaciones se perdían en la distancia, y en ese letargo volvieron a mi mente las escenas del sueño que tuve en el avión, las imágenes del cuarto donde estaba, y vi al hombre que me miraba y observaba la puerta, sin atreverse a salir ni a moverse, y sin saber por qué, yo tampoco intentaba ir hacia la puerta, o quizá parecía que no debía, o si debía no podía, no sé qué sucedía, aunque algo en mi interior me decía que tenía que salir, que no podía quedarme encerrado, y tampoco sabía por qué estaba esa persona ahí, ni porqué tenía que salir por esa puerta. La imagen era muy intrigante. En determinado momento el cuarto y el tipo desaparecieron de mi mente, y me quedé pensando en la causa de ese sueño, en su significado, en lo que me quería decir. Me encogí de hombros y traté de pensar en otras cosas. Entonces, el lento avance del tren nos indicó que habíamos llegado a nuestro destino.

Kiev es una ciudad muy linda y acogedora, donde la belleza parece aflorar en todos sus rincones, llena de árboles, jardines, parques y áreas verdes; parecía sumergida en un bosque encantado, con monumentos que le daban un aspecto característico. Cuenta la leyenda que fue fundada por unos hermanos vikingos que llegaron navegando por el caudaloso río Dniéper, que baña la ciudad y la divide en dos, y sus más de cuatrocientos metros de ancho permiten la navegación comercial y turística por toda la región. La población, de origen caucásico, es alta, de pelo rubio y ojos azules, muy simpáticos, sobre todo las damas, muy lindas, que durante el verano visten sus trajes típicos y ropa ligera, y en invierno lucen impresionantes, con los abrigos que las protegen del inclemente frío.



Nuestros guías en Moscú nos habían informado que al llegar a la imponente ciudad de Kiev nos esperarían en la estación de trenes, y luego nos llevarían a nuestro albergue, pero nada de eso ocurrió. Cuando el tren detuvo su marcha, no nos atrevíamos a bajar, por miedo a perdernos entre la multitud que corría de un lugar a otro; unos, buscando cómo alcanzar los trenes que partían, otros, porque llegaban a su destino. En esa gigantesca estación a diario convergen miles de ciudadanos procedentes de todas las ciudades de Ucrania, y de países vecinos, de poblados de toda la república, y de gente que se desplaza a otras partes de la imponente Unión Soviética. Dentro de la estación encontramos cafeterías, enormes salas de espera, comercio, una estación de Metro, áreas de bodegas, centros de almacenamiento, restaurantes, etc., como una ciudad dentro de otra, un lugar que no duerme y mantiene su actividad durante toda la noche. Desde allí se puede viajar hasta Kamchatka, la ciudad más alejada de la Unión Soviética, ubicada a orillas del estrecho de Bering, que por el lado de Alaska separa a este país de los Estados Unidos.














                             Museo de la guerra con la estatua a la Madre Patria de Kiev




                                    Universidad (Instituto ) de aviacion civil de la ciudad de Kiev

Cuánta gente desplazándose, y nosotros paralizados, con la boca abierta, viendo que ese mar de gente no terminaba; entonces decidimos bajar, cargamos nuestros equipajes y descendimos del tren, ese aire fresco que me dio en la cara aún no lo puedo olvidar; era una suave brisa helada que refrescó mi rostro, y que en vez de frío me dio una sensación de paz y tranquilidad.



Linea de tranvias de los anos ochenta.

Esperamos un rato en la estación, lo suficiente para ver que el tren que nos había traído lo llevaban vacío a su estacionamiento, a esperar su próximo viaje. Caminamos un poco, y no encontramos a nadie que nos indicara qué hacer, por la sencilla razón que nadie nos esperaba. Nos mantuvimos unidos para no perdernos entre la multitud, y después de varias horas de espera, sin hablar ni una palabra de ruso, ucraniano, o inglés, decidimos tomar un taxi que nos llevara a la dirección que en Moscú nos habían escrito en ruso en una hoja de papel. Se la dimos al taxista, mostrándole los pocos rublos que nos habían entregado. Ni corto ni perezoso cogió el dinero y nos hizo señas para que subiéramos al auto y llevarnos a la dirección indicada. Fueron largos minutos de angustia e incertidumbre, pues no sabíamos dónde íbamos. Sin embargo, mientras él hacía su recorrido, yo iba maravillado viendo la ciudad inmensa, llena de edificios de muy bonita arquitectura, los parques con mucha gente tomando sol, caminando, o alimentando a las palomas, mientras nosotros recorríamos calles interminables, sin hablar, sólo mirándonos unos a otros, esperando con gran paciencia llegar a nuestro destino.


Iglesia de la Puerta de la Trinidad (Pechersk Lavra)

Por fin llegamos. Era el sitio indicado, pero por cosas que siempre pasan, nadie nos estaba esperando. A los anfitriones soviéticos se les complicó todo el asunto. Por ser época de vacaciones todos los sitios estaban vacíos y el personal disfrutaba sus merecidas vacaciones. Nos alojamos en el edificio de la Preparatoria, de la ciudadela estudiantil Lomonosova, a orillas de la calle Lomonosova, y enfrente de la estación de buses Lomonosova. Para nosotros fue un gran alivio llegar a la dirección esperada y encontrarnos a un panameño que nos dio la bienvenida y nos ayudó a colocarnos en la residencia estudiantil. Por fin había terminado la pesadilla del viaje, y era hora de acostumbrarnos a las sorpresas, pues como dije antes, en la vida no todo sale como uno quisiera, y es por eso que debemos de vivir siempre preparados para los cambios inesperados que nos depara el destino.


                      Residencia estudiantil de la epoca


Ese día todo se solucionó para nosotros de forma favorable, logramos alojarnos en el edificio de la preparatoria y la ansiedad por no saber a dónde nos dirigíamos se había terminado, creo que la emoción de estar en un lugar nuevo y diferente nos mantenía en un éxtasis permanente.  No omito que algunos de nuestros compañeros no estaban del todo bien, pues se sentían muy deprimidos por estar lejos de su casa, de su familia y de sus seres queridos. 

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miércoles, 1 de junio de 2011

El Perdon



Cuanto cuesta el perdon?, sera que si perdono exonero a otros del mal que me hicieron o es que al perdonar se seguiran riendo de mi, o mi dolor no le importa a quienes me hicieron daño. Que tan doloroso resulta llevar a cuestas la cruz del rencor y resentimiento, cuan doloroso es recordar constantemente el agravio haciendote daño mental, emocional y sentimentalmente, incluso hasta fisicamente. Por que no somos capaces de perdonar y poder limpiar nuestro corazon de todo tipo de rencor y dolor, porque anteponemos nuestro sufrimiento y queremos seguir sufriendo al no perdonar. Pero por que cuesta tanto perdonar?, por que es dificil olvidar el agravio, el dolor y borrarnos de nuestra mente la sed de venganza, quisieramos que la ofensa fuera redimida y si es posible que el que ocasiono el agravio sufriera tanto como nosotros hemos sufrido. Y lo mas triste de esta situacion es que esto puede durar años hasta que sanen las heridas o que podamos perdonar de corazon.

Hermano, trata de perdonar de corazon, no dejes que los años te consuman en un mundo de infelicidad por la falta de perdon, el no perdonar te ahoga y no podras amar de corazon, ese rencor te va a consumir y no tendras sosiego, no destruyas tu vida odiando y con rencores de por vida, trata de perdonar todo tipo de agravio, ve y dile cuanto quires a tu madre, a tu esposo o esposa, a tu hijo, a tu hernmano, demonos una oportunidad que la vida pasa volando y cuidado no nos alcanza el tiempo para perdonar. A este mundo venimos a ser felices y no dejemos opacar nuestro objetivo por la falta de perdon, amemonos los unos a los otros y pidamos por todos los demas.
Olvidemos las ofensas y perdonemos como CRISTO nos perdono.

William Pavon
1-06-11