viernes, 25 de junio de 2010

Un día cotidiano con el Mundial de Fútbol


Por fin ha llegado el Mundial de Fútbol, lo estaba esperando desde hace mucho tiempo con unas ansias desesperadas, tal vez por los múltiples problemas que cargo a diario y necesitaba una distracción, algo que me quitara la atención a los miles de problemas cotidianos en que nos ha metido esta crisis mundial.

Los economistas critican y critican, y no dan en el clavo de como conducir la economía hacia un norte seguro, ya nadie esta a salvo, solo los jugadores del mundial de fútbol que están haciendo mover las economías incipientes en todos los países del mundo, los restaurantes y el comercio creen que con este mundial las ventas se van a mejorar, todos los comerciantes están buscando como sacarle partido al mundial y nosotros los que trabajamos por un salario solo tenemos el aliciente de que nuestra selección logre pasar a los octavos de final y a fin de cuentas que nuestro equipo favorito llegue a la final.

Gracias al mundial hoy estamos distraídos, se nos han calmado un poco las tensiones de las deudas, de los pagos de las tarjetas de credito que no nos dejan descansar, pero al ver los partidos las olvidamos por un momento, quisiera tener la certeza de que el mundial va a dejar algo positivo para todos los paises del mundo, al menos nos esta mostrando que los problemas mundiales pueden tener otra via de solucion y no necesariamente la armada, sino la de la paz duradera, la del dialogo amistoso y fraterno, pero despues del mundial seguiran las noticias rojas en todos los diarios, y como que nuevamente se abrira el telon para mostrarnos los horrores de los conflictos belicos entre naciones, entre hermanos, entre partidos, entre gobiernos.

Cuanto quisiera que no terminara el mundial porque todos estamos en la misma sintonia, despues de la final todo sera noticia y volveremos a nuestros lugares de trabajo a continuar con la carga pesada de la crisis economica que a todos nos esta golpeando.

Hoy no quiero ir a trabajar porque quisiera quedarme en casa disfrutando el futbol, pero la alegria del mundial es contagiosa y con todo el animo del mundo tomo el autobus hacia mi trabajo y quiero encontrarme con los rostros animados de mis compañeros de trabajo con el comentario cotidiano de como jugo nuestro equipo favorito.

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