domingo, 27 de junio de 2010

Mi Paradigma



Mi Paradigma

Se que he nacido en un ambiente cargado de conceptos y nociones, todas ellas rígidas y pétreas cual muralla impenetrable que delimitan mi espacio, mi ser y razón. Hoy he encontrado la forma de ser libre y solo me conduce por el camino seguro de cambiar mi paradigma, de cambiar y saltar las murallas que me entretienen, que me acorralan, que me aprisionan. Que tan sencillo es ver al otro lado el mundo de libertad esperado, a tan solo unos pasos pero obstaculizados por una infranqueable barrera tan alta e infinita, tan dura e impenetrable que no puedo cruzar. Porque si la libertad que anhelo se encuentra a unos pasos no puedo llegar a ella, acariciarla y tenerla entre mis manos, entretejer mis sentidos con los tuyos y fundirnos en un solo mundo de libertad, pasión y amor.
Estoy como el elefante amaestrado que ha bastado una soga atada al cuello, fijada a un árbol para que desde pequeño se acostumbrara a ella y no protestara, mas bien se acomplejara, solo el hecho de sentir la cuerda atada a su cuello es como un vaso comunicante al cerebro que le dice que no intente escapar porque el árbol al que se encuentra ligado es demasiado robusto y fuerte para poderlo derribar, entonces la mente del elefante le dice que no siga intentando escapar que no lo lograras, que es infructuoso y día tras día sigue sin intentar probar romper la cuerda o arrancar el árbol porque desde pequeño intento una y otra vez y no pudo, un par de intentos bastaron para dominar ese enorme paquidermo y se auto domara, autoreprimiera, y su cerebro le recuerda y le dice tienes atada una cuerda al cuello significa que estas sujeto a un árbol y el árbol es demasiado fuerte para arrancarlo que no puedes con el, entonces la enorme bestia esta amansada, ella sola se contesta que no puede y que no siga haciendo el mas mínimo intento. Puedes quitar el árbol, puedes poner en su lugar una simple vara enterrada o amarrar la cuerda a una insignificante silla, pero como el elefante siente la cuerda en el cuello, esa sensación estimula al cerebro y trae a la mente los pensamientos de impotencia de que no debe intentarlo porque eso significa que esta prisionero y lo convierte en su realidad, es su paradigma, es su razón de ser, es su entender, son sus pensamientos que lo tienen atado a una realidad imaginaria que controla, domina y convierte a una enorme bestia en un simple animalito inofensivo.
Veo ante mi esa gran muralla, imposible de franquear, imposible de saltar, es demasiado elevada y demasiado solida y pesada para romperla con mis manos, esta a solo unos pasos y no puedo llegar, estoy perdido, no puedo mas, mis fuerzas están exhaustas de intentarlo todo pero no puedo, mis puños lacerados golpe tras golpe no resisten el dolor, mis nodillos están ensangrentados, mis pies adoloridos, mis músculos agotados y no puedo pasar. Ya casi estoy perdiendo la razón, solo me queda llorar como un niño y sentarme al lado de la muralla abatido e impotente.
Pero ahora todo es distinto, ha pasado un pajarillo que me ha dicho, solo tiene que ser el ahora, no pienses en el mañana ni en el ayer, solo es ahora y cambia tu paradigma, un paso a un nuevo paradigma y eso es todo, el resto se te mostrara solo como por arte de magia.
Cambiar mi paradigma es tan simple como decir esa pared no existe, por que voy a intentar derribarla si no existe, no me importa, no me obstaculiza, no me interesa, no la veo, observo la realidad de otro ángulo y descubro nuevos enfoques, no existe, soy libre, puedo pasar y atravesar ese muro cuantas veces quiera, puedo ser como el árbol que no se queja y solamente acepta sin inmutarse lo que tiene que ser, si es de día o es de noche, si llueve o hace frio, no le interesa, ni se preocupa por quienes están a su alrededor, tiene su propia misión, sus propias tareas y cumple su función mientras pueda que el tiempo le llegara.
La muralla era mi mente, mis pensamientos.
William Pavon

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